¿Merece la pena invertir en una página web?

Vamos a invertir los tiempos, primero la respuesta y luego la explicación: un rotundo SI es la contestación a la pregunta formulada en el enunciado.

Veamos los motivos.

En la actualidad y con «los tiempos que corren» debemos sopesar y racionalizar todas las decisiones que impliquen un gasto en nuestra empresa o negocio, y en esta frase se encuentra la solución a nuestra duda. Si somos capaces de ser racionales e inteligentes tomando decisiones empresariales, el hecho de invertir en una web adecuada a tus necesidades y objetivos supone un activo ineludible.

Cuando decides contratar los servicios de un profesional para desarrollar un correcto site debes tener muy claro cual es tu objetivo con esta herramienta; puede ser simplemente cuestión de imagen, no quedarse atrás respecto a la competencia o tu deseo de entrar de lleno en el universo 3.0 y dar un paso adelante en tu negocio. Observa como en ningún momento hemos valorado la posibilidad de realizar nuestra a través de uno de los actuales programas de plantillas automáticas mediante los cuales, por 100 euros, puedes tener una web para salir del paso; entendemos por tanto, que si tu sitio web no da la talla y no te puedes permitir el hecho de «invertir» en mejorarlo o crearlo es mejor que no hagas nada. En el universo virtual actual es mejor no estar que estarlo a medias ya que los efectos que puede producir una presencia incorrecta pueden ser muy negativos.

Si tu motivación es simplemente la imagen de tu negocio o empresa y darte a conocer deberías optar por una web muy visual, con textos claros y diáfanos, que muestre tus virtudes y que responda a tu imagen tanto corporativa como a la personalidad de tu producto o servicio. La interacción con el usuario es básica incluso en las webs más básicas, por lo que en todo momento te recomendamos que al menos tu sitio web tenga un formulario de contacto (ojo con la Protección de Datos) y que esté «socializada», es decir, que desde tu web tengamos accesos directos a las redes sociales en las que está presente tu negocio de forma oficial.

Obviamente, una web como la anterior puede proporcionarte un estatus on-line, el cual deberías complementar con el tiempo (a la voz de ya) dando un paso más y convirtiendo tu web en el centro de tu estrategia de marketing on-line y social. Elementos como un completo blog (nosotros preferimos que los blogs corporativos se encuentren integrados en la propia web), un vídeo corporativo (que enlace con tu canal de You-Tube, por ejemplo) y formularios que te permitan interactuar con tus seguidores y usuarios harán de tu web un punto de encuentro y actualización.

Por otro lado, y como ya hemos comentado, una web potente y atractiva te permitirá centralizar en la misma innumerables acciones de marketing a desarrollar en la web. Un claro ejemplo de promoción es la utilización de micro-sites o pequeñas páginas web con el objeto de realizar acciones concretas; dichas sub-páginas pueden «colgar» de tu home principal y permitirte tematizar ciertas campañas comerciales o desarrollar una acción concreta sin perturbar el orden y la imagen de tu web, pero sirviéndose de la misma (en cuanto a SEO y SEM).

Otro elemento muy utilizado en la actualidad y que puede colgar de tu web son los motores de mailing. Los mismos, son herramientas diseñadas para que puedas difundir mensajes vía mail entre tus contactos y clientes (los cuales puedes haber captado y solicitado permiso para el envío a través de un formulario en la propia web) con una imagen concreta y que puedes enlazar con el site.

Todos los anteriores y muchos más, son los aspectos y medidas que puedes llevar a cabo si posees una web que responda a 3 caracteres básicos:

1.- Imagen y usabilidad

2.- Interacción (universo 3.0.)

3.- Potencia y rapidez

De este modo, reiteramos nuestro SI inicial pero matizamos, SI a invertir en tu web, NO a cualquier cosa parecida a una web.

Un cordial saludo