LOS RESCATES DE LA LOPD Y LOS MENDRUGOS

Muchas veces nos preguntamos ¿Qué hacemos en España para que nos tengan que rescatar? ¿Tan malas son las empresas, políticos, bancos, instituciones y demás entes de nuestro querido país para que llevemos cuatro años con la espada de Damocles?

Extrapolando al sector que hemos elegido para trabajar estas cuestiones, nos viene a la mente… ah, claro! los famosos cursos de formación que la Fundación Tripartita pone en nuestras manos para… para defraudar hasta al apuntador, que en el caso anunciado en prensa estos días, se trata, ostras, de un ente público, la Federación de Municipios y Provincias de Castilla la Mancha.

No, no es broma, puestos a ahorrar que mejor que nos hagan gratis el tema farragoso e inentendible de la protección de datos con los fondos públicos de la formación, total, si solo tenemos que decirles a nuestros proveedores que se pongan a hacerles cursos de protección de datos a todos sus empleados, ya sean camareros, cocineros, conductores, toreros o uno que pasó a dejar el curriculum… esto es lo que se planteará el Alcalde de turno de un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…

La solución para luchar contra esta lacra, a nuestro juicio, pasa por varios puntos que muchos compañeros y empresas del sector ya han plasmado: denuncias a la Comisión Nacional de la Competencia, en los tribunales, denunciar incluso a la Tripartita, denunciar en Bruselas…. Tanta denuncia me quita el sueño pero la cosa pinta eso, denuncias directas por que las que se hacen a la Fundación son para que muy amablemente le pasen traslado al Servicio Público de Empleo que a este paso ya mismo nos tiene que dar número. Ojo, lo otra cara de la moneda es ponernos a vender cursos a diestro y siniestro: ¡Un curso de corte de Jamón y regalo la protección de datos! Señor@s, que me los quitan de las manos, gratis, SEÑORES y SEÑORAS! Que me lo quitan de las manos!!!

En nuestro caso concreto la LOPD a Coste Cero ha supuesto, junto con la crisis, que bajemos los precios, por no decir los pantalones, a extremos que a veces rozan el ridículo. Ni mucho menos estamos de acuerdo con esta bajada pero nos preguntamos: ¿seguimos comiendo sopas y papas o nos apuntamos al querido INEM?

¿Bajamos precios o dejamos que los gañanes de los cursos sigan viviendo del cuento?

Así, por lo menos, hacemos bien el trabajo a las empresas y le quitamos un mendrugo de pan a los vende-cursos.

Somos un poco Don Quijotes frente a los grandes molinos de viento o gigantes, según lo veamos. Espero que no terminemos tirando la toalla o volviéndonos locos como aquel famoso caballero andante.

Firmado: Uno que come mendrugos pero no vende cursos.